¡Qué bolá, asere! Esto se pone más caliente que un juego en el Latino en séptima entrada. Ahora resulta que la cosa está tan mala en Cuba que hasta los pitirres se están volviendo comida. Sí, mi hermano, esa ave que uno ve volando y pensando “qué lindo el pajarito”, ahora está en la mira de la gente pa’ meterse el bocado al pecho.
Me cuentan los que saben, los del Food Monitor Program (FMP), que en el oriente de la isla, donde el sol quema y la tierra a veces no da, se está cazando el pitirre abejero. ¿Y por qué, preguntas tú? ¡Por la pura hambre, chama! La libra de esta ave se está vendiendo en el mercado negro a 400 pesos, ¡imagínate tú! Eso es un dólar en el cambio de ahora, un lujo que pocos se pueden dar, pero cuando no hay na’ que comer, uno se las tiene que ingeniar, ¿me entiendes?
El FMP soltó la sopa en la red social X, como diciéndole al mundo: “¡Miren lo que está pasando aquí!”. Dicen que el pitirre abejero, que uno piensa que es solo un pajarito que embellece el paisaje, es también un controlador natural de insectos. ¡O sea, que ayuda a que los ecosistemas funcionen! Pero claro, cuando la barriga ruge, la ecología se queda pa’ cuando haya jamaca.
Los tipos usan rifles de aire comprimido, de esos que se supone son pa’ ‘jugar’, pero que acaban con la vida del ave, o escopetas, que esas sí están reguladas, pero cuando la necesidad aprieta, la ley se queda chiquita. Es una vaina, porque mientras la isla se ahoga en escasez, se pierden recursos que son vitales pa’ la naturaleza. Es como si te estuvieran quitando el plato principal pa’ venderlo y con la plata comprarte un pan duro.
Ellos mismos lo dicen con la crudeza que merece: “la caza indiscriminada, sumada a la deforestación creciente, incrementa la vulnerabilidad de las rutas migratorias del pitirre”. ¡Tremendo batazo al sistema, mi hermano! La falta de comida te empuja a tumbar árboles pa’ hacer candela, a cazar jutías e iguanas, a pescar hasta lo que no debes, todo pa’ resolver. Y este informe resalta que es una paradoja de la crisis cubana: lo que ayuda a la naturaleza, ahora es lo que te saca del apuro, y a la vez, pone en riesgo a esa misma naturaleza.
El FMP hace un llamado a las autoridades, como pidiendo un jonrón salvador. Quieren que se pongan las pilas con justicia social y cuidando el ambiente, porque no se puede criminalizar a la gente que solo quiere comer, pero tampoco se puede dejar que el país se desbarate. ¡A ver si el gobierno escucha y da un bateo oportuno!